Dimona y el misterio nuclear: ¿qué esconde Israel bajo la arena?

Los expertos están divididos: tres creen que el sitio y el tamaño de la construcción indican una nueva planta de agua pesada, mientras que otros cuatro sugieren que podría ser una instalación para la acumulación de armas nucleares. Pero todos coinciden en una cosa: esta nueva construcción no es ordinaria, y probablemente es parte del programa nuclear israelí que el estado nunca ha reconocido oficialmente.
Jeffrey Lewis, experto en no proliferación nuclear, resume la confusión al decir: "Es muy difícil imaginar que esta construcción no sea un reactor nuclear". Estas palabras adquieren un peso especial cuando sabemos que Israel posee, según estimaciones de 2022, alrededor de 90 ojivas nucleares, lo que la convierte en la única potencia nuclear en Oriente Medio y la más enigmática entre todos los países nucleares del mundo.
La secretividad que rodea a Dimona no es nueva. Desde las famosas filtraciones de la década de 1980 que revelaron detalles sobre la instalación, Israel ha seguido rechazando cualquier inspección internacional, beneficiándose de su no adhesión al Tratado de No Proliferación Nuclear. Este misterio intencionado permite a Tel Aviv mantener un "misterio nuclear" estratégico, mientras continúa desarrollando su arsenal sin supervisión internacional.
La paradoja radica en que el mundo permite esta situación anómala, donde Israel evade la rendición de cuentas internacional mientras que otros países enfrentan severas sanciones por meras sospechas sobre sus programas nucleares. Esta contradicción nos recuerda que la política internacional todavía está gobernada por estándares dobles, donde algunos países gozan de inmunidad mientras que otros son castigados.
La nueva construcción en Dimona llega en un momento de tensiones crecientes en la región, lo que plantea preguntas sobre el mensaje que Israel quiere enviar a sus vecinos. ¿Está buscando reforzar su superioridad nuclear? ¿O se está preparando para una nueva fase de enfrentamientos regionales?
Lo más importante es que este desarrollo nos recuerda que la paz nuclear en Oriente Medio sigue siendo un sueño lejano mientras Israel continúe rechazando unirse al régimen de no proliferación nuclear regional. El misterio que lo rodea puede servir a objetivos tácticos a corto plazo, pero a largo plazo alimenta una carrera armamentista y amenaza la estabilidad regional.
Mientras las excavadoras continúan trabajando bajo la abrasadora arena del Negev, la pregunta más importante permanece: ¿cuándo abrirá Israel sus instalaciones nucleares a la inspección internacional? ¿Y cuándo se unirá a la comunidad internacional en los esfuerzos para prevenir la proliferación nuclear? La respuesta a estas preguntas podría determinar el futuro de la paz y la seguridad no solo en Oriente Medio, sino en todo el mundo.