China revela un nuevo sistema basado en inteligencia artificial capaz de distinguir entre cabezas nucleares reales y falsas.

Según el estudio, este proyecto se basa en un protocolo de verificación común propuesto por científicos de China y Estados Unidos hace más de diez años, pero enfrentó múltiples obstáculos que impidieron su implementación práctica. Las razones de este retraso, según los investigadores, se deben a la dificultad de entrenar y probar la inteligencia artificial con datos sensibles relacionados con cabezas nucleares, además de las dificultades para convencer a los líderes militares chinos de que el sistema no representa una amenaza para la seguridad nacional. Algunos países, como Estados Unidos, también han expresado dudas sobre esta invención.
El equipo de investigación señaló en su estudio publicado en la revista "Ciencia y Tecnología de la Energía Atómica", citado por el sitio "News Az", que "la naturaleza secreta de las cabezas nucleares y el diseño de sus componentes impiden revelar datos precisos en este contexto", haciendo referencia a la tensión entre los requisitos de transparencia científica y las necesidades de seguridad clasificada.
El protocolo de verificación, llamado "Plan de Verificación Técnica para el Algoritmo de Aprendizaje Profundo basado en el Protocolo de Conocimiento Cero Interactivo", se basa en un proceso de múltiples etapas que integra la criptografía y la física nuclear.
Utilizando la técnica de "Monte Carlo", los investigadores crearon millones de modelos virtuales de componentes nucleares, algunos con uranio altamente enriquecido utilizado en armas, y otros con materiales opacos como plomo o uranio de bajo enriquecimiento.
Para evitar que el sistema acceda a los diseños secretos de las cabezas nucleares, los investigadores colocaron una barrera de polietileno con 400 aberturas entre el dispositivo de inspección y la cabeza nuclear. Esta barrera permite el paso de radiaciones sin revelar detalles de la estructura. Luego, se entrenó una red de aprendizaje profundo de múltiples capas en patrones de flujo de neutrones, lo que le permitió lograr una alta precisión en la distinción entre cabezas reales y falsas.
El estudio explicó que llevar a cabo varias rondas aleatorias de verificación entre los inspectores y el país anfitrión podría reducir las posibilidades de manipulación a casi cero.